La excusa
Cuanto mas se retrasaba la terminación del nuevo kayak (por motivos
ajenos a la construcción), más crecían las ganas y la convicción de
que había que bautizarlo en un lugar especial. En su momento, Carlos
(N.) había propuesto de hacerlo en Mar Chiquita. Y así lo hicimos!
Hasta las 2 de la mañana del día domingo terminando detalles,
y tuve que esperar hasta justo antes de la salida para poner el
respaldo, ya que la pintura poliuretánica decidió tardar en
endurecerse.
Un buen consejo - lleven calzado. La costa era tán caliente que casi no se podía caminar! Aquí el kayak está apoyado en el barro 'curativo'.
Si se fijan bien, se nota algo de sal del agua evaporada!
La experiencia
Después de una tímida invitación por la lista Peperina,
al original 'equipo' de José María y el que suscribe con esposa,
se juntó Heidi. En Miramar, contamos transitoriamente con
la presencia de Erio Curto, y Fabián Carbone, quien nos contó
muchos detalles de la historia de Mar Chiquita.
Carlos Nieto, quien avisó a la mañana de que iría también, no apareció en ninguno de los puntos de encuentro en el camino, y llamadas a la casa daban con el contestador. Luego (recién a la vuelta) nos enteramos de que había llegado, con su hija María José, hasta el peaje de Córdoba (con el doble cargado, y tuvo problemas con el auto).
Nuestra pequeña flotilla salió desde el balneario de Miramar, y,
cuidándose de los restos de hormigón cerca de la costa, se dirigió
hacia el Oeste. A poca distancia, José María se dió cuenta de
problemas con el timón, y aterrizamos para arreglar el problema.
No acostumbrado de desayunar tan temprano, y no comer nada en el
interim, sentí la necesidad de aumentar el nivel de azucar... Después de
un par de bananas y tomar un buen litro de líquido, estaba para salir
de nuevo. En lugar de seguir para el Oeste, decidimos volver, y llegar
hasta los restos del viejo Hotel Viena. (en la foto, izq a derecha,
José María, Heidi, y Sabine)
Salida
Cerca de las 4 de la tarde, decidimos volver - el calor era casi insoportable (estimo cerca de 40 grados). El Windguru falló completamente con la nubosidad (predijo 80%, y no llego a 5!). El calor era tal que después de cargar los kayaks de nuevo, tuvimos que refugiarnos con el auto a la sombra de unos árboles... A pocos km de Miramar, camino a Marull (gracias Erio, por las indicaciones), paramos en una YPF y buscamos bebidas frescas (todo el agua/bebida nuestra se habian ajustados a la temperatura ambiente...)
El resto del retorno fue (casi) sin problemas - a José María se cayó uno de los portaequipajes, pero estaba tan bien atado el kayak que no pasó a mayores daños).
Una vista panorámica algo extraña del punto del almuerzo.
No, no es una isla! Toda la Argentina está detrás de estos arbustos!
Conclusiones
Aunque muy corta, la salida brindó ya algunos datos sobre el comportamiento del nuevo kayak.
El sistema de cierre de los tambuchos cumplió bien. El primer tramo contó con varias clavadas de la proa en las olas y no entró nada (sospecho que las pocas gotas fueron del bidón de agua potable que no cerró bien.
El comportamiento del kayak era, esperadamente, muy similar al anterior, ya que el diseño es el mismo. El redondeo de los cantos trajó una muy leve disminución de la estabilidad inicial, pero sigue increiblemente estable. Por otro lado, parece haber aportado notablemente a la velocidad... La proa queda mucho mas bajo que la versión anterior (quizás ayudada por 5 litros de agua potable, y comidas varias).
Hice al cockpit unos centímetros mas angosto, y se siente notablemente mas seguro y controlable. No conseguí a tiempo el cabo correcto para el apoyapiés, pero, como tantos detalles, lo corregiremos en el futuro.
Los pocos kilómetros hechos no fueron suficientes para rendir un veredicto final, pero estoy conforme... Ahora, a aplicar la última capa de barnis (no me alcanzó el tiempo antes de la salida!)
Entre tantos logros alcanzados ese dia, se pueden enumerar el bautismo del kayak, "alajero" de John, una belleza que no llega a apreciarse lo suficiente en las fotos.
El bautismo de la nueva kayakista ya en Mar Chiquita, Sabine, quien se propuso probar el año pasado y no perdio oportunidad de seguir acumulando experiencia.
La llegada de Heidi por primera vez creo, a la zona, agregando una mas a su vasta experiencia kayakista internacional.
El bautismo de Jose Maria, quien tambien entusiasmado por las pilas de Sabine y John, encontro en esta actividad una via de escape a las actividades obligadas de la vida.
No se tanto si bautismo o casi de Erio y Fabian, son los locales en la zona, por vivir mas cerca que el resto, agregan un vinculo permanente a quienes nos lleguemos al encuentro con tanta agua como hay en Mar Chiquita.
Conocedores además, por estudio y experiencias personales de los secretos de la region.
Un gran dia, que no llegamos con Maria Jose a compartir, el auto dijo no reventando una manguera de agua y nuestra aventura fue el retorno a Carlos Paz, sin nuevos inconvenientes y la sorpresa de la visita de los kayakistas a su regreso con una pasadita por casa aun con toda la "sal y el sol" en el cuerpo.
Felicitaciones...
Un abrazo a todos.
Carlos N.
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